Esta tecnología, única en Argentina, tiene la particularidad de que mediante una cuidadosa selección de aditamentos de origen vegetal y nutrientes esenciales que se mezclan con el suelo contaminado, se logra la estimulación de la población fúngica (hongos) de la mezcla. Los hongos tienen la ventaja de contar con enzimas que rompen los compuestos orgánicos de alto peso molecular, sobre los que luego actúan las bacterias, logrando que los contaminantes del suelo sean convertidos en productos finales inocuos y estabilizados. Esta tecnología ha demostrado ser eficiente en la remoción de un amplio rango de hidrocarburos del petróleo en suelos, incluso de mezclas complejas de compuestos recalcitrantes como los hidrocarburos aromáticos policíclicos de alto peso molecular (HAPs con más de tres anillos bencénicos), alcanos pesados (fracción alifática saturada, rango C30-C40) y fracción saturada no resuelta de alto peso molecular.
Las ventajas de utilizar esta tecnología comprenden el tiempo relativamente corto de tratamiento: 3 a 6 meses, su bajo costo, su eficiencia en climas templados como fríos, permite el tratamiento de altos volúmenes de suelo, pueden operar eficientemente en cualquier condición de sitio, tipo de contaminante y de suelo, utiliza insumos inocuos al ambiente, no se requiere contención ni tratamiento especial del suelo posterior a su aplicación, ya que el suelo queda limpio, con una notable mejora de sus características físicas y químicas y éste puede reutilizarse e incluso favorece la revegetación natural de la zona de su disposición final.